Hoy, te invitamos a conocer a “Domingo” y a ser parte de nuestra historia en “La Finca de Domingo”. Ven a disfrutar de momentos especiales, rodeado de paz y del amor que solo una mascota puede brindar.
Todos son bienvenidos, porque en este lugar, cada corazón tiene un espacio.

Hoy, te invitamos a conocer a “Domingo” y a ser parte de nuestra historia en “La Finca de Domingo”. Ven a disfrutar de momentos especiales, rodeado de paz y del amor que solo una mascota puede brindar.
Todos son bienvenidos, porque en este lugar, cada corazón tiene un espacio.

Era uno de esos domingos soleados de marzo en el año 2020, justo cuando la pandemia comenzaba. Decidimos completar nuestra familia en un refugio de perritos, donde muchos ojitos te miran con amor y deseo de una familia. Un cachorrito mestizo de 4 kg, dos años de edad, ojos negros brillantes y pelitos de alambre en color miel, nos eligió. Él supo desde el primer instante que éramos su familia para siempre, y decidimos llamarlo “Domingo”. Aunque era un poco enojoncito, su alegría y travesuras llenaron nuestro corazón; amaba salir y correr. Cada miércoles lo llevábamos a correr al Parque Metropolitano de Guadalajara y lográbamos, con entusiasmo, 5 kilómetros. Aunque después tomaba largas siestas, estábamos muy orgullosos de él.
Un día, jugando a la pelota, nos dimos cuenta de que le faltaba un diente… y luego dos; así que decidimos llevarlo al “dogtor”, donde con tristeza nos dijeron que él no era un cachorro, sino un abuelito de alrededor de 8 a 10 años. Ahora todo tenía sentido: esas largas siestas y enojos no podían ser de un cachorro. Nuestro corazón se rompió al enterarnos de la verdad, ya que no estaría con nosotros mucho tiempo, pero, por otro lado, nos sentimos agradecidos de que pasaría sus últimos años siendo muy feliz.
A medida que pasaron los años, Nos enseñó a valorar cada momento, como un paseo por el parque, un rayo de sol atravesando los árboles o un abrazo después de un largo día; cada instante se volvió especial gracias a él.
Hoy, Domingo tiene alrededor de 12 años. Aunque es un perro viejito, su espíritu sigue siendo el de un cachorro. Sus canas son un recordatorio de los años que hemos compartido y de la huella que ha dejado en nuestras vidas. A medida que crecía, también creció nuestra inspiración: decidimos crear “La Finca de Domingo”, un lugar de hospedaje en el Centro de Guadalajara y la Colonia Americana donde todos son bienvenidos, donde cada visitante puede experimentar el amor, la tranquilidad y la calidez que Domingo trae a nuestras vidas.
Nuestro objetivo es compartir los valores que él nos enseñó: la bondad, el respeto y el amor por todos. Queremos que cada persona que pase por aquí sienta un poco de la magia que Domingo nos ha regalado.